Maestro realizador, gestor y alma del Noticiero ICAIC Latinoamericano (primaria forma de acceso a la información audiovisual en la Cuba inmediatamente revolucionaria), Santiago Álvarez fue un hombre de su tiempo. Supo desplegar su subjetividad a través de una mirada profunda y la compartió. Sus elementos y estrategias fueron el abordaje de lo audiovisual de manera rigurosa, creativa e irreverente.
La película pivotea tanto en la vida del realizador y el surgimiento, crecimiento y ocaso (durante el llamado periodo especial), del noticiero. Este noticiero era puerta de entrada a los filmes que se proyectaban en una Cuba ávida de noticias y de razones para avanzar en su identidad frente al mundo partido por la guerra fría.
Con material de archivo inédito en Argentina, se va armando un rompecabezas que no sólo nos permite acercarnos a la inmensidad de la figura tratada y su obra, si no también a una Cuba no muy conocida, la Cuba de la construcción de un socialismo latinoamericano en su cotidianeidad. Y aquí un logro y hallazgo de la película.
En secuencias memorables presentadas en este documental, como el recorrido de una ventana discontinuada realizada por el régimen castrista, de la cual nadie vaticina un destino de uso, si no de museo; o en la secuencia donde se interpela a los “gestores” de una cafetería socialista en una ruta de camiones; se presentan las contradicciones de un pequeño gran país que asume las riendas de su destino.
Es que frente al grito que le espetaban al artista “usted puede decir esas cosas porque es Santiago Álvarez”, y la respuesta arrasadora del personaje protagonista “yo me gané ser Santiago Álvarez”, hay un entramado de profundo amor revolucionario a su patria y revolución, con una crítica mordaz desde “adentro del sistema”.
Y así, frente a quienes censuraban a un emergente Silvio Rodríguez, por tener en su música “celulas del rock”, hay un Santiago Álvarez intemperante que dice que si el músico no está, él, devenido reconocido intelectual de la Cuba Socialista, tampoco.
Nobleza obliga la presencia y testimonio de Silvio Rodríguez en la película, entre tantos otros, de los que se destaca un Fernando Pérez relajado hablando de su colega con simpatía y picardía.
Un último punto que suma es la concepción didáctica del armado del documental que tenía Santiago Álvarez, y como se transmite a nuevas generaciones. Cualquier profesional del audiovisual se llevará en sus ojos una “master class” en formato documental de hora y media de duración en sus retinas. Se aprende sólo viéndola.
Modelo a seguir, personaje necesario para la documentación de la historia de los pueblos, el ejemplo de Álvarez trona, porque cuando la tierra tiembla, uno no debe temblar jamás.
Gato Martínez Cantó
El Camino de Santiago.
Periodismo, Cine y Revolución en Cuba.
Ficha Técnica
Realización colectiva del Grupo de Cine Insurgente en coproducción con el ICAIC y con el apoyo de INCAA y Programa Ibermedia
Dirección: FERNANDO KRICHMAR
Producción General Ejecutiva : Alejandra Guzzo
Edición: Omar Neri
Fotografia y Cámara: Dionisio Cardozo
Sonido: Juan Carlos Herrera
Post producción de Sonido : Rubén Piputto
Post Producción de imagen: Silvio Cheli
Musica: Silvio Rodríguez junto al Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC
Duración 103’ - Color/ blanco y negro
Emociona que asi la hayas visto, mil gracias por este anàlisis. Y oajla`se cumlan tus palabras, que sirva como herramienta de formaciòn documental y politica. abrazos.AG
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