Todos quienes hacen producciones audiovisuales, o que de alguna manera están relacionados con la realización de contenidos culturales, saben lo difícil y costoso que resulta estrenar una película.
Si a eso sumamos, que lo que uno quiere estrenar es un documental independiente y de bajo presupuesto, es casi una epopeya el hecho en sí. Para este tipo de producciones, que no cuentan con un distribuidor, no hay ningún tipo de apoyo económico al lanzamiento. Uno se encuentra a la buena de dios, con los recursos que pueda arañar, los compromisos que pueda asumir, y las deudas que pueda contraer. Está demás decir que uno no estrena este tipo de producciones en pos de una rentabilidad salvadora: Por más que haya gente que lo piense, no existe el "Star Wars" argentino.
Con esto que escribo no quiero decir que hay que dejar de estrenar, si no, todo lo contrario, hay que ocupar cada espacio cada vez con más fuerza. Si se pierde la sala, aparte de perder el encuentro y el espacio oscuro que conmueve, se van a empezar a perder más cosas. Las frases hechas como “no estrenes en los cines, si es un documental para la TV”, “la vemos en DVD” o “se puede ver por Internet”, son la antesala para perder, en ese orden, la sala, la exhibición en televisión, la edición en DVD, y terminar boyando en algún canal propio de Youtube o Vimeo. Total siempre nos quedará internet… Hacer una película para no mostrarla es servirse de una excusa cuasi onanista, y no entender el cine en sí.
En Octubre del 2015 estrenamos “La Parte por el Todo”, el cuarto documental producido en conjunto con Roberto Persano y Santiago Nacif Cabrera, y el tercero co-dirigido. Curtidos y propuestos a dar la batalla contra todos los molinos de vientos, más canosos que nuestro primer estreno por el 2010, decidimos hacer un lanzamiento pequeño pero digno en una sala céntrica y plural como el Cine Gaumont.
Al trabajo y las corridas, al sudor y a las lagrimas, a los bolsillos rotos y a la recolección de monedas, se sumo un trazo paralelo de palabras de aliento, público conmovido, críticos que reconocen nuestra “madurez” como realizadores, el manto del boca-en-boca, los ojos con lagrimas enjuagadas del público de a pie al final de las funciones.
Acompañamos durante las dos semanas que estuvo en cartel casi todas las funciones. Intensas y comprometidas dos semanas. El vértigo del estreno transmutó en alivió de misión cumplida con amor y tenacidad. Cansados pero sonrientes, liberamos del pater-nostro a la película y publicamos en Facebook que quien quisiera pasarla nos la podía pedir para hacerla suya. Cosa que sostenemos al día de hoy.
Ahora… entre el país del estreno de “La Parte por el Todo”, en octubre del 2015 y el país que vivimos al día de hoy, entrado enero del 2016, hay un agrietamiento in-crescendo.
Nunca pensamos que las voces de un pasado cavernícola pudiesen volver tan fuertes y estrepitosas en tan poco tiempo. Qué un editorial pro-procesista en un diario tradicional por aquí, que el arresto domiciliario de genocidas por razones humanitarias por allí, que nos olvidemos del archivo de la memoria que está para que no nos olvidemos de lo que vivimos….
“La Parte por el todo” es una película que narra la historia de tres nietos restituidos (en su rol de padres y constituyendo sus propias familias), que han nacido en tres centros clandestinos de detención, que tienen diferentes presentes al día de la fecha: El Pozo de Banfield, el Hospital Militar de Campo de Mayo, y la ex Escuela de Mecánica de la Armada. A medida que se construye y de-construye la historia testimonial de los protagonistas, se interviene artísticamente su relato y los lugares de su nacimiento con animaciones y dibujos animados. La película cuenta con el comprometido apoyo de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo, y con la música original de la artista Teresa Parodi. Participó del Festival de Cine Latinoamericano FESAALP, ha sido ganadora del Primer Premio del Festival de Cine de Gualeguaychú en su categoría, y está seleccionada en competencia oficial del Festival Internacional de Cine de Caracas 2016 “Cinematografías emergentes de los pueblos del Sur”.
A la luz de los hechos actuales, parece una película de otra época.
Pero eso es lo que nos quieren hacer creer. Qué en un pasado remoto pasó lo que pasa. Qué los juicios fueron a las juntas, sólo en la década del ‘80, pero que en el ‘78 también ganamos un mundial; qué hay pasado setentista revanchista, que inventa historias rosistas desde un purrete formoseño llamado Zamba en Paka Paka; qué la cultura que no sea tango-soja es un gasto y despilfarro, cómo es eso que los obreros que construyeron la sala sinfónica del CCK fueron los primeros espectadores de la música clásica, si son negros…
… Cómo es eso que exista un Centro de Memoria y Promoción de los Derechos Humanos, ese curro que se tiene que acabar… quienes se piensan que son para llenar a nuestro campo de concentración, nuestro Auschwitz, con vida, amor y arte, si mejor lo podemos abandonar hasta el olvide, y hacer una plaza cotizable de la burbuja inmobiliaria esos terrenos en Nuñez.
En este marco, en este contexto, decidimos re-estrenar “La Parte por el Todo”, el 18 de febrero, y organizar proyecciones hasta comienzos de abril, por todo el país. Sabemos que recordamos con memoria, verdad y justicia, cada 24 de marzo, y por eso allí estaremos.
¿Es una tarea enorme? ¿Un re-estreno? ¿De un documental? ¿De los desaparecidos? ¿Otra película de la dictadura?
Vamos a re-estrenar la película. Sin publicidad, casi sin prensa. Sin plata.
Pero tenemos la película. A la que amamos. Que nos representa. Que hizo conmover a la gente. Qué arrancó reflexiones y lagrimas.
Y aparte, los tenemos a ustedes.
Y en ustedes confiamos.
Vengan al cine. Pidan pasar la película donde quieran, que es de ustedes.
Nosotros seguiremos resistiendo, enamorados de la vida, aunque a veces duela.
Se ruega difundir. Se ruega organizarse.
Gato Martínez Cantó
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