viernes, 22 de enero de 2016

Un documental sobre los juegos de rol será financiado por el INCAA

El Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), organismo de fomento y promoción de la cinematografía argentina, aprobó en concurso, a través del comité de evaluación de proyectos documentales, el proyecto del film “Jugar mi juego”, de Gato Martínez Cantó, un abordaje sobre la temática de los juegos de rol.

Destacadas personalidades de las principales asociaciones de documentales del país (DOCA, DIC, RDI, ADN y PCI) y de la producción documental declararon de interés cinematográfico, mediante concurso abierto y público, la realización del proyecto “Jugar mi juego”, película que propone abordar la temática de los juegos de rol.

De ésta manera, el Instituto de Cine argentino aportará un 60% del presupuesto para la realización del documental digital, a cambio de los derechos de exhibición de la película para su señal de televisión INCAA TV. El monto restante para la realización del film será aportado por el realizador Gato Martínez Cantó y por fondos privados.

El documental aborda en sentido amplio la temática de los juegos de rol, cómo se encuentran inmersos en la cultura contemporánea, los usos en prácticas educativas, la construcción de la creatividad y los mundos imaginarios posibles que se abordan. El film tendrá una fuerte impronta y orientación hacía la cultura “geek”, el universo “fandom” y la literatura fantástica.   

Breve sinopsis
Manuel de la Serna es actor, narrador oral y docente. Da clase en un taller de juegos de rol: de alguna manera, enseña a jugar. Viendo a sus alumnos, una pregunta asalta con furia sus pensamientos: ¿Existe un ser nacional “rolero”?  Así, el protagonista parte con esa pregunta a recorrer la calle. Se convierte en un censista de los clubes de rol de una misteriosa Buenos Aires, dando cuenta en las preguntas y respuestas de lo inexplicable que pueden ser las pasiones.
Manuel continúa buceando en el universo que se despliega, casi por sinapsis, de estos juegos. Personajes y situaciones impensadas se dan a medida que avanza el relato. Recitales de bandas “vikingas”, torneos de luchas medievales, festivales de disfraces de personajes de cómics… mucho “olor a espíritu adolescente”.
A medida que avanza el relato documental, la película indaga sobre la identidad y la construcción de la misma a través de los juegos: ¿Qué hay en eso de jugar a ser “otros” y en la posibilidad de imaginar otros mundos posibles?


Sobre los juegos de rol
¿Juegos de qué… juegos de rol? Esa es la primera pregunta que uno escucha cuando habla con alguien que no sabe que son los Juegos de Rol.
Para comenzar una respuesta más o menos sintética, se podría decir que existen unos juegos de mesa donde los participantes interpretan personajes y narran situaciones en su mayoría fantásticas. Son juegos basados en la narración oral, en la actuación y en la improvisación, acompañados por una cuota de azar.

Los JdR (Juegos de Rol) se dan en forma de encuentros en los que un participante oficia de narrador y comienza contando una historia. Los otros jugadores asumen los roles de personajes de esa historia y deciden las acciones que desarrollará cada uno de ellos. De esta manera, a lo largo de unas 5 o 6 horas, todos cuentan la historia como si fuese un cadáver exquisito.

En un escenario de palabra e imaginación se libran batallas fantásticas en una mesa poblada de libros, dados y papeles. Cada uno de los congregados decide interpretar un personaje de características épicas, mientras que uno en particular asume el papel de director / narrador y presenta el mundo donde se desarrollarán sus aventuras.

Palabras de Gato Martínez Cantó, director del documental
“Hace 20 años que me dedico a la actividad audiovisual, y hace 25 que juego al rol. Este documental es un proyecto personalísimo: creo que parte de mi vocación por los relatos audiovisuales y la narrativa proviene de aquella temprana adolescencia, proto-globalizada, donde en Argentina nos costaba horrores conseguir libros de la editorial norteamericana TSR, o de su par español, la editorial Zinco. Solo un pensamiento para ubicarnos: arranqué jugando al rol a los 14 años, y tuve acceso a Internet y a mi primer correo electrónico a los 24. Las cosas eran realmente muy distintas.

En gran parte de los días dispensados en estas partidas, fui director de estos juegos, inventando  historias, combates, dibujando mapas, interpretando villanos para derrotar… Prefería imaginarme mundos y aventuras para compartir con otros que colectivamente participaban y las hacían propias.
Cómo realizador audiovisual siempre me intrigó la mirada de los otros acerca de este fenómeno. Siempre el imaginario se encontraba constituido de estigmas y prejuicios, volcados a lo violento o a lo infantil. Excusarse de un hobby es complejo, aún frente a la madre o la esposa. Es el pedir pequeños perdones para tener un momento de encuentro con amigos.

Siento que es una cuenta pendiente poder realizar este documental. Hay cuestiones que se me presentan a la hora de indagar sobre este universo: ¿Cuánto de nuestra cultura se encuentra atravesada por prácticas lúdicas? ¿En qué medida incorporamos la avalancha consumista que se nos impone hasta en los juegos? ¿Cuánto de invasión cultural y prepotencia de mercado se pueden percibir en lo que leemos?

Hay cuestiones que hacen a la identidad y al asumir ser otro que me intriga, porque como docente me apoyo mucho en los juegos de rol a la hora de enseñar. Cuestiones como el cambio de roles, o la lectura de textos históricos desde el lugar de los protagonistas, me resultan en la didáctica, aquella maraña articuladora de los procesos de enseñanza y aprendizaje.

He trabajado como educador popular en diferentes lugares: Varios institutos penales de menores, un par de neuropsiquiátricos y universidades públicas. Fui co-director de un festival de cine de temática del encierro y formé parte de una organización de derechos humanos reconocida mundialmente, como son las Madres de Plaza de Mayo.

¿Qué tiene que ver todo esto con una película documental como esta?

Precisamente que en gran parte de estos lugares las condiciones de subsistencia son frágiles, y el día a día aplaca cualquier desborde de imaginación y fantasía. Lo cotidiano se planta como naturalizado y la avanzada de una híper-realidad triste marca la chatura y el conformarse sin poder en pensar más allá del hoy. Imaginar es un ejercicio de despegue que nos puede permitir vernos de otra manera… y eso es un buen comienzo para cualquiera con ganas de tratar de torcer el rumbo del destino.

Quizás por eso pienso que esta película es necesaria.

Porque creo, cada vez más, que al mundo se lo puede cambiar contando historias. 

Los desafíos
“Esta película busca abrir el juego a los públicos más amplios posibles. ‘Jugar mi juego’ apuesta a la divulgación de los juegos de rol, e indaga sobre este fenómeno. Si bien hay una mirada ‘desde adentro’, que reivindica a los juegos de rol plenamente, sin huirle a los prejuicios y las problemáticas que surgen, no es una película de nicho o sólo para entendidos. Los guiños son múltiples para quienes juegan ‘al rol’, y mi desafío es que disfruten sobre manera de la película. Pero la película será lo más abierta posible a todos quienes quieran tener una mirada sobre este universo lúdico y creativo.

Por eso, una de las propuestas centrales del proyecto, es tener canales de comunicación bien fluidos con comunidades, clubes de rol, jugadores, amantes de la literatura fantástica y la ciencia ficción, y con todos aquellos que quieran aportar al documental. La estructura narrativa está trazada y firme, a la vez que es flexible para incorporar nuevas ideas y sugerencias. A través de las redes sociales electrónicas, principalmente Facebook, se irán publicando los avances y la realización integral del proyecto.

Otra de las posibilidades de la película es la incorporación de dramatizaciones y partes de ficción, en clave de humor, como forma de ilustrar las acciones de los personajes de los jugadores de rol.

Por otro lado, la oportunidad de los productos derivados del documental son múltiples, y ya estamos pensando en micros para Internet con material anexo, pequeños cortometrajes, banda de sonido con artistas reconocidos invitados, y un “detrás de escena” bien frondoso, que pueda ser una producción en sí misma”.



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